Hace tiempo subí un TikTok en donde dije:
“Todos dicen querer transformar sus cuerpos, pero ¿cuántos están dispuestos a preparar sus comidas y llevar sus tuppers?”
Estaba dudosa de si subirlo o no, ya que el tema de la transformación física, muchas veces puede llegar a malinterpretarse.
No veo como algo negativo que una persona quiera transformar su cuerpo. A veces con tantas opiniones solemos perdernos, dejamos de tener una opinión auténtica y creamos una “contaminada” de los diferentes puntos de vista que tomamos de otros lugares.
Lo que importa es la energía e intención con la que haces algo.
Ese cambio o transformación ¿la haces desde el respeto o desde el desprecio?
¿La haces porque genuinamente quieres o porque sientes que tienes que hacerla para probar tu valía o merecimiento?
Porque eso es lo que termina definiendo si algo será o no benévolo para ti.
Cuando hablo con algunas personas sobre las transformaciones físicas, me dicen cosas como:
“Es que ya tengo que bajar de peso”
“Tengo que hacer ejercicio porque necesito pesar menos”
“Tengo que comer menos”
Y algunas veces (dependiendo de la receptividad que note en la persona) le pregunto: “¿Tienes qué o quieres?, ¿Necesitas o quieres?
Definitivamente no es lo mismo. Y esto determina la energía con la que creamos, y la energía con la creamos, determina el resultado que tenemos e incluso si este se sostendrá o solo tomará poco tiempo para que ese cambio se desvanezca y probablemente dejando desastres en el cuerpo, la confianza y la autoestima.
Por eso hago aplicaciones para entrar a mis programas, porque las personas piensan que necesitan algo, cuando en realidad no se trata de creer que necesitas, sino de tener la intención de crear un cambio, de quererlo. Y querer algo es comprometerse.
Regresando al TikTok que subí, me quedé pensando en que solemos tomar decisiones basándonos en lo que dice el exterior, en lo que nos dictan como “bueno”. Olvidamos que si queremos tomar mejores decisiones, tendríamos que escuchar nuestra propia voz.
El problema es que esta voz está muy bajita, distorsionada por lo que tiene el volumen más alto: la opinión de tu papá cuando eras niña, sobre cómo debería ser tu cuerpo, la salud según la industria farmacéutica, las revistas de moda de los 90’s compartiendo tips para quitarte el hambre, las ideas de esa “almond mom” de tu amiga que dice que deberías evitar comer todo eso que te gusta porque estás “pecando”.
Baja el volumen a todo lo que te impida escucharte y pregúntate:
¿Qué es verdaderamente saludable para mí hoy?
El TikTok me hizo pensar…
Preparar mis comidas y llevar el tupper es saludable para mí hoy.
Porque tengo un objetivo físico (que elijo crear desde el respeto y la congruencia).
Les he compartido por redes sociales que quiero crear un físico fuerte, definido, con el que pueda hacer actividades con libertad de movimiento, desde caminar hacia mi café favorito del momento, hasta correr los kilómetros que se me antojen. Quiero agarrarle el ritmo de juego a mi sobrino (jaja, esto suena definitivamente muy adulto) y también quiero sentirme fucking sexy, y cuando digo “fucking sexy” es como a mi me parece ser fucking sexy.
Medir las porciones puede ser saludable para alguien que está motivado con un nuevo plan de alimentación para mejorar su calidad de vida.
Dejar de medir las porciones puede ser saludable para alguien que está aprendiendo a escuchar las señales de hambre y saciedad de su cuerpo.
Comenzar a correr puede ser saludable para una persona a la que el sedentarismo le ha causado problemas con su salud física y mental.
Dejar de correr puede ser saludable para alguien a quien esto le ha hecho perder su salud mental y física.
Pesar la comida puede ser saludable para alguien que está mejorando su salud con un nuevo estilo de vida.
Y dejar de pesar la comida, puede ser saludable para alguien que ha superado patrones de restricción y control excesivo.
Lo que para unos representa una derrota, para otros representa una victoria.
Escúchate y cuestiona todo, incluso y sobre todo a tus propios pensamientos. Cuestiona tus creencias acerca de la salud, la belleza, el éxito. Crea tus propias definiciones. Edita, borra, elimina, escribe, tacha. Mueve todo lo que tengas que mover y lo que no se pueda mantener, deja que se caiga. No necesitas más fuerza, necesitas dejar que se caiga, necesitas dejar de sostener esas creencias viejas que no permiten que el edificio se renueve o que se construya uno nuevo. No necesitas ir parchando y repillando sus paredes, quizás es hora de dejar que se deshagan.
Abrir espacio para escucharte, te ayudará a obtener las respuestas de si algo es o no saludable para ti. Y siempre puedes compartir estas ideas con un profesional de la salud para mayor objetividad. Y si esto no está dentro de tus posibilidades hoy, comienza con lo que tienes al alcance, el papel y la pluma son excelentes.
Con amor, Karla.